Camino de Jerusalén

Estos días que preceden a la Semana Santa son los que dedicamos a recordar cómo Jesús de Nazaret se fue acercando a Jerusalén como el destino final de su vida.

En la parroquia de Guadalupe de Madrid han aprovechado los escalones del presbiterio para sugerir las distintas etapas de Jesús en su camino hacia la Pascua. Cada domingo han ido poniendo un cartel que recuerde el Evangelio correspondiente, tomando como meta en Jerusalén el altar mayor. Allí un cartel recuerda "Destino Jersualén".

Todo esto no es más que un reflejo de nuestro propio camino en la vida. Que siempre empieza por tomar una decisión y elegir un camino. Todos tenemos la oportunidad de elegir dar el primer paso aunque no sepamos cómo vamos a acabar. La confianza en Dios nos permite dar un paso cada vez porque si viéramos todos los escalones en perspectiva nos echaríamos para atrás.

Cada estado de ánimo solo nos permite avanzar un escalón y ya veremos la semana que viene qué nos depara la vida. Pero cada paso que damos nos confirma en el destino y nos libera de nuestra incapacidad. Confiando en Dios avanzamos "Enredándonos por la misericordia" que es la manera de expresar el abrazo de Dios. Sólo entraremos en la Jerusalén celeste abrazados por Dios Padre y acogidos en su misericordia.

Es una alegría ver cómo la Iglesia aprovecha con imaginación los recursos que tiene, aunque solo sean unos escalones, para explicar con símbolos el camino de la felicidad que Jesús vino a explicarnos a todos.

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